La echinácea era una planta familiar para los indios aborígenes de América del Norte. La utilizaban para tratar las mordeduras de serpientes y las heridas. Su raiz contiene numerosos principios activos con propiedades inmunoestimulantes.
Defensas Naturales. Sus numerosos constituyentes actúan conjuntamente para oponerse a los invasores no deseados y mejorar la defensa inmunitaria. Contiene polisacáridos, que protegen las células de las agresiones víricas, y otros elementos con efectos antiinflamatorios.
Estos principios actúan especialmente aumentando el número de glóbulos blancos y favoreciendo la síntesis de una molécula esencial en el proceso de la inmunidad: el interferón. Se ha demostrado su actividad inmunoestimulante en diversas afeciones relacionadas con debilidad o una deficiencia inmunitaria.
La echinácea se utiliza en el tratamiento del resfriado común. Se uso terapéutico está recomendado tanto en la prevención como en el tratamiento del tracto respiratorio superior. Se recomienda tomar entre uno y tres meses desde el comienzo del invierno para prevenir las infecciones de repetición. Se puede utilizar asimismo como prevención cuando el organismo está sometido a estrés o a condiciones de debilidad física o psíquica que deprimen el sistema inmunitario.