El Ginko es un árbol originario de China y Japón que cuenta con más de 200 millones de años. Además de ser el único superviviente de todos los cambios climáticos y geológicos acontecidos en la tierra, ha resistido a las contaminaciones más graves del siglo XX, en particular, a la bomba atómica de hirosima.
Mejorar el riego cerebral. La acción del Ginko Biloba parece estar relacionada con la sinergia entre sus diferentes compuestos. Se ha revelado especialmente eficaz en el alivio de los problemas circulatorios, pues sus principios activos permiten dilatar las arterias, las venas y los capilares, así como mejorar la microcirculación y la viscoelasticidad de la sangre, explicando así sus propiedades vasorreguladoras.
Diversos estudios han demostrado un beneficioso efecto sobre la memoria y las facultades de aprendizaje, al aumentar la circulación cerebral y, por tanto, el aporte de oxígeno y nutrientes esenciales.
Está especialmente recomendado para el tratamiento de los problemas de memoria y la alteración de las funciones cognitivas asociadas a la degeneración vascular.
El ginko alivia también otros síntomas derivados de las alteraciones circulatorias cerebrales (vértigos, mareos) o de las extremidades inferiores (calambres, sensación de frío en las piernas).