Cada día que pasa el olor putrefacto de la monarquía es más
hediondo. Día tras día nuevas
noticias muestran que los borbones son un pozo de corrupción con un
comportamiento que no se diferencia en nada a las asociaciones mafiosas.
No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.