Una misión se centraría en la atmósfera venusina, mientras que la otra cartografiaría la superficie del planeta.
Es posible que Venus haya sido el primer mundo habitable de nuestro sistema solar, con un océano y un clima similares a los de la Tierra, pero algo ocurrió para convertirlo en un planeta con temperaturas lo suficientemente calientes como para fundir plomo.
Es probable que Venus mantuviera temperaturas estables y albergara agua líquida durante miles de millones de años antes de que un evento desencadenara cambios drásticos en el planeta, según un estudio de 2019.
El autor del estudio, el científico físico Michael Way, del Instituto Goddard de Ciencias Espaciales de la NASA en Nueva York, también fue coautor de un estudio de 2016 sobre el clima y los océanos de Venus en su pasado.
La misión DAVINCI+ son las siglas de Deep Atmosphere Venus Investigation of Noble gases, Chemistry and Imaging Plus.
Se dedicaría a analizar la atmósfera de Venus para determinar cómo se formó y evolucionó. La iniciativa también investigaría la posibilidad de un océano en el pasado de Venus.
Los instrumentos de la misión, incluidas las cámaras, estarían protegidos del duro entorno de Venus por una esfera de descenso. Está diseñada para sumergirse en la espesa atmósfera del planeta y enviar las primeras imágenes de alta resolución de rasgos únicos de Venus. Estos rasgos, llamados «teselas», pueden ser similares a los continentes en la Tierra, lo que significa que Venus puede tener placas tectónicas.
La misión DAVINCI+ será la primera dirigida por Estados Unidos para estudiar la atmósfera de Venus desde 1978.
El siguiente proyecto, VERITAS (Venus Emissivity, Radio Science, InSAR, Topography, and Spectroscopy), trazaría un mapa de la superficie del planeta rocoso con el fin de aclarar por qué es tan diferente de la Tierra. Nuestro mundo es a menudo llamado el gemelo de Venus porque los planetas son similares en tamaño, pero las comparaciones modernas se quedan ahí.
La misión también puede aportar información sobre la historia geológica de Venus. El orbitador, equipado con un radar, podría crear una topografía en 3D, lo que permitiría a los científicos determinar la actividad volcánica de Venus a través de los procesos de las placas tectónicas. La nave espacial también podría estudiar las emisiones infrarrojas procedentes de la superficie del planeta.
Ambas misiones llevarán consigo demostraciones tecnológicas, como el Deep Space Atomic Clock-2 para permitir las maniobras autónomas de la nave espacial en VERITAS, así como el Compact Ultraviolet to Visible Imaging Spectrometer, que estará en DAVINCI+, para medir la luz ultravioleta en la atmósfera venusina.
Fuente: Cnñ - CNN en Español